El tema de esta carta viene en respuesta a una solicitud de un lector que sugirió que hablara de David (Gracias Azul).
Si quieres que veamos juntos un tema de la Biblia, déjame un mensaje:
Mientras pensaba en esa solicitud, pensé en la historia de David y Goliat. Lo primero que pensé que Dios quería que recordara sobre esta historia es que…
Tú no eres David.
O sea, si tu nombre es David, entonces sí eres David… no es como que te han mentido todo este tiempo sobre tu verdadero nombre… a mi abuela le pasó.
Pero cuando hablamos de la famosa historia de David y Goliat… pues aquí, según el Evangelio, David no te representa.
Vamos a verlo:
Así como lo ves. La historia de David y Goliat es un reflejo que anticipa de lo que Jesús haría por nosotros.
Cuando aprendí esta manera de entender la historia, la verdad es que me decepcionó.
Toda mi vida he visto a Saúl como el personaje más porquería de la historia de David. ¿De momento, resulta que en esta historia… todos nosotros hemos estado (y estamos) en los zapatos (o sandalias) de Saúl? Es como si nos dijeran que George Lucas hizo Star Wars para decirnos que nosotros somos Darth Vader y no Luke.
Pero la realidad es que es más decepcionante vivir pensando que debemos ser capaces de vencer a cualquier gigante que se nos cruce de frente… solo para darnos cuenta que hay gigantes que no estamos llamados a vencer.
Que bueno es saber que necesitamos a alguien que nos encuentre en nuestro dilema y nos rescate… y ese alguien es Jesús, el mismo Dios, creador del universo que nos vino a buscar para rescatarnos, sanarnos y enseñarnos a ser como Él.